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7 sept 2013

Bajo el ocaso de un amor

Por la simple razón de que no puedas ver nada en la obscuridad, no significa que no lo halla. Es el mismo miedo que sientes cuando quedas en la fría penumbra, el miedo que yo siento al cerrar los ojos y soñarte todas las noches antes de viajar al lucido mundo deseos reprimidos de mi mente al desconectarse del frívolo, cruel y caprichoso mundo real.

Todavía en estas circunstancias de mi descenso no tengo claro ni en el más racional de mis estados si seguirte amando u odiarte. Pues me siento cual niño presenciando un poltergeist, fascinado y aterrado cuando estoy junto a ti o si quiera me percato de tu existencia, la vieja historia del jardinero que destruye sus manos podando rosas y quitando sus espinas, para regalarlas a una doncella que no hace más que pisarlas frente a él, y esta odia al jardinero de la noche a la mañana pues una espina se escapó junto al tallo de la rosa dañando así el calzado de la doncella.
¿Merece el sol ser odiado por quemar tu piel un día después de hacer posible tu propia existencia en el planeta?, ¿merece un perro ser sacrificado por la única vez que mordió a una persona en defensa propia?, ¿merece el jardinero ser odiado por un error dentro un mar de dedicación y cariño?, ¿merece la doncella ser amada?
La triste y cíclica historia de un amor no correspondido, donde en un mar color gris soledad, solo uno de los dos nada esperanzado de encontrar al otro en una isla para ellos solos, Mientras que la otra persona remonta las olas a gran velocidad en la lancha de las preocupaciones y la prevención. Un corazón embotellado a la deriva en el océano esperando ser correspondido, un susurro de amor volando libre en el viento esperando ser escuchado, un libro en el banco de una plaza esperando ser leído y resguardado en la estantería el corazón.


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la vida te pone a escoger entre que darles a las personas, si Rosas o balas... sea cual sea tu decisión, tarde o temprano sufrirás por necesitar la otra para dársela a alguien mas, o dártela a ti mismo.

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…Un respiro entre el llanto anhelando ser un grito de amor, una sombra solitaria en un cuarto con velas dedicadas a las promesas sin cumplir, los ojos de derrota en alguien victorioso, las manos creativas de un cadáver, un gusano envidioso soñando con convertirse algún día en mariposa…