Existen muchos libros, en las vitrinas, puedes verlos,
puedes darte una idea de que trata con solo ver su portada, muchos de estos
libros son baratos, mientras que otros tienen precios muy altos, tú decides
cual libro quieres, cual quieres que te acompañe en tus noches de desvelo, en
tus momentos de soledad o simplemente en un tedioso viaje o paseo.
Muchos compran libros por su reluciente e impecable portada, pagan un gran precio por tenerlos, y sin siquiera terminarlo terminan decepcionados, estos libros no se dejan leer, no quieren que los leas, solo quieren entretenerte durante un tiempo robando tu afecto y tus expectativas para luego defreaduarte y buscar a otro lector lleno de ilusiones, tal vez estos libros no quieren hacer esto, pero así se comportan y eso han demostrado, estos costosos libros de vitrina solo quieren ser vistos y amados sin ser leídos o poseídos por nadie.
Pero, hay un libro, un pequeño y desconocido libro, en la
banca de un parque, sin portada ni cubierta, sin título, simplemente un libro
sin identificar, pero desde la primer párrafo, desde la primera pagina te
cuenta su humilde y algo interesante historia, como lego allí y porque está allí
como esperando a que alguien lo recoja, incluso te cuenta las historias de
quienes lo han tenido en sus manos y han escrito sus paginas. Este libro te
cuenta sus sueños y metas, su sueño de que alguien lo lleve a su hogar y le dé un sitio especial en su estantería,
su sueño de ser el libro favorito de alguien, te cuenta lo doloroso que es cuando
alguien llega y arranca una de sus páginas, en ocasiones sin intención de
hacerlo y otras con mucha malicia, te muestra las firmas que las personas han
dejado en el con tinta permanente, y otras que son solo una marca hecha con el
filo de una moneda.
Muchos al leer este libro ríen, otros lloran, a otros les
parece interesante y a otros les aburre, pero ese libro, ese pequeño libro,
siempre ah estado allí, para las personas, para algún lector compulsivo, o alguna
lectora ocasional, para alguien que necesite distraerse, o alguien que solo
necesite una de sus páginas. Ese libro, ese pequeño libro, hecho de sueños y
esperanzas, echo de anhelos y deseos, escrito por la pluma del alma y el corazón,
y con la tinta de las lagrimas de tristeza y alegría, ese pequeño, y aunque
maltratado y adolorido, valiente libro que soporta lluvias, nevadas y sequias
esperando a que alguien lo busque, y le dé un amoroso espacio en su estantería.
Este pequeño libro.